Andreu Bosch, Teià

Entrevistamos a Andreu Bosch, ex-alcalde de Teià

Andrés, ¿qué es este lugar?

Esto es el Centro Enoturístico y Arqueológico de Vallmora, que es la única bodega romana museizada de Cataluña y del Estado español. Cuando el visitante llega se encuentra un espacio dividido en dos: por un lado, tenemos la zona arqueológica donde se encuentra la bodega romana y por otra, un centro en el que se acoge a los visitantes y donde a través de un audiovisual se hace un recorrido por el mundo del vino en la época romana y se conecta simbólicamente con el actual DO Alella. Al final de algunas visitas también se realizan degustaciones de vino, que pueden estar tanto en la zona de la bodega romana como dentro del centro. Ah, y ambos espacios están adaptados para personas con movilidad reducida y, además, todas las explicaciones están en sistema Braille y también en lenguaje de signos.

¿Qué ha averiguado gracias al hallazgo arqueológico?

La bodega se localiza a finales de los años sesenta por una arqueóloga local, pero en ese momento no sabe exactamente si tiene alguna relación con la actividad vitivinícola o no. Es en 2003 cuando se encarga un plan director que llega a la conclusión de que aquí tenemos una bodega romana de varios períodos que abarcan desde el siglo primero antes de Cristo hasta el siglo III d. C. Por tanto, estuvo en uso continuado durante cuatro siglos, aunque el máximo esplendor fue el siglo II dC, en la época trajana.

Una curiosidad es que tuvimos la suerte de encontrar un sello de plomo -un signaculum- que llevaba grabado el nombre del esclavo responsable de la bodega en el siglo II d. C. donde también se decía con qué familia romana estaba vinculada.

¿Y qué podemos ver in situ?

Aquí se puede entender realmente cómo funcionaba todo el proceso en época romana desde que entraba la uva, porque se han conservado los depósitos a los que iba a parar al primer mosto y también las grandes tinas donde se almacenaba el vino. Después desde estas tinas se pasaba a ánforas más pequeñas para ser distribuido, porque piensa que el vino layetano servía para suministrar las legiones romanas que estaban esparcidas por toda Europa.

Ah, y en el yacimiento también se pueden ver las réplicas en madera y en hierro de dos prensas romanas de acuerdo a las dimensiones de esta bodega. En total tenemos 3.000 metros cuadrados de yacimiento acotado aunque no está excavado en su totalidad.

Y después de visitar este espacio, ¿qué más podemos hacer en Teià?

Al margen de la visita obligada a la bodega romana, tenemos tres elementos que a mí me gusta siempre destacar. El primero es la iglesia de Sant Martí, en la que conocemos como la "catedral de la costa", que tiene una nave gótica de 1574. Teià era un municipio de cuatro casas, pero en su momento tenía una iglesia de dimensiones extraordinarias porque aquí había bastante gente noble vinculada al territorio.

Lo interesante que tenemos la compartimos con toda la comarca del Maresme y es la arquitectura modernista; Teià tiene algunas casitas que se hicieron en ese estilo. Y el tercer atractivo imprescindible sería el mismo paisaje que rodea al pueblo, ya que una tercera parte de nuestro territorio pertenece al espacio de interés natural del Parque de la Serralada Litoral.

¿Qué se come en Teià?

Aquí tenemos una receta muy particular que compartimos con los municipios de Sant Andreu de Llavaneres y de Arenys de Munt que es el “relleno”, un elemento gastronómico que nos caracteriza y que son manzanas rellenas de carne y chocolate. Es un plato que combina muy bien el dulce y el salado y que para hacerlo hay que hornear durante unos días. Durante nuestra fiesta mayor, que es en otoño, se hace concurso de relleno, cata popular y los restaurantes del pueblo también lo ofrecen en sus cartas.

Y también tiene un evento olfativo muy especial, ¿verdad?

Por supuesto: desde hace seis años, en mayo organizamos el Maridaje de los Sentidos que reúne una serie de eventos que giran alrededor del perfume, las flores y la enogastronomía. Son actividades de pequeño formato, tipos talleres, demostraciones, charlas o paseos en los que relacionamos el elemento olfativo con el mundo floral, la gastronomía y el mundo del vino. Incluso se organiza un concurso internacional de perfumería.

---